Cosas de la sociedad moderna

Por mucho que la sociedad avance, seguimos siendo seres emocionales y emocionalmente débiles. Cometemos fallos como seres imperfectos y hacemos cosas con poco o nulo sentido. A mi juicio -como ser débil e imperfecto- existen una serie de cosas remarcablemente hipócritas que destacan el carácter irónico y paradójico del humano. Podéis pensar lo que queráis.

Gimnasio y sedentarismo. ¿Cuántas son esas personas que van al gimnasio varios días por semana y luego suben en ascensor tres escalones? ¿O esas que usan el coche para evitar diez minutos andando? Moveos en bicicleta y os ahorráis el gimnasio, por favor. Subid a vuestro despacho por las escaleras y meneáis ese culito regordete.

Corrupción y Hacienda. Putos políticos corruptos, sí. Pero yo la casa nueva la pongo a nombre de mi hijo y así me ahorro pagar esto, divido esta factura en otras más pequeñas y pago menos, me ahorro esto otro al declarar mi ordenador como si fuera de la empresa, y el tabaco se lo compro a un colega que lo trae de Gibraltar. Como roban los políticos, eh. Normal que España vaya tan mal.

Exámenes y vacaciones. Una pena retomar las clases justo después del último examen de la universidad... Pensad: ¿los profesores tienen vacaciones en esas fechas? ¿nosotros teníamos algún día de descanso en el colegio? No. Y además, las clases no se suspendían en fecha de exámenes. Terminábamos la clase de matemáticas y hacíamos el examen de Sociales.

Ah, cuando seáis padres no comeréis huevo. Le haréis la cena a vuestros hijos.

Compatibilizar religión con ciencia. ¿Costilla de Adán o selección natural? ¿El Big Ban o los siete días de creación del universo? ¿La resurrección al tercer día o eso solo pasa en las películas de zombis? ¿Ir al médico o rezar para que se te pase el resfriado?
"Es que hay muchas cosas que no podemos explicar". Hace 3500 años se pensaba que la lluvia era el 'pis' de los dioses. Se pensaba que el sol daba vueltas alrededor de la Tierra. Que la Tierra era plana. Que en el cabo Finisterre acababa el mundo y había un abismo repleto de monstruos.

El hecho de que no podamos explicar algo no implica que sea de origen sobrenatural. Significa que el nuestro cerebro es limitado, nuestra tecnología es limitada y nuestro conocimiento también. Quizá nunca encontremos respuesta a ciertas preguntas existenciales, pero decir que es cosa de dioses es digno de la prehistoria.

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