lunes, 30 de enero de 2017

Reciclaje en los países nórdicos

Una de las mejores cosas de viajar, a mi gusto, es aprender de otras culturas para poder quedarte con las buenas influencias. En este caso quiero hablaros del reciclaje en dos países en los que he estado recientemente: Dinamarca y Suecia. 
En estos países aún existe un sistema que en España desapareció hace años: la devolución de 'los cascos'. Con la palabra 'cascos' nos referimos a las botellas y latas en donde vienen los refrescos y miles de productos del estilo que compramos diariamente. Antes en España te cobraban un extra que recuperabas al devolver las latas vacías en la tienda.
En Copenhague, donde pasé tres noches estas Navidades, descubrí que este sistema seguía vigente y se aplicaba a varios tipos de latas y de botellas. Había un signo específico con un código que establecía el valor del casco a devolver, y este era leído por las máquinas disponibles en supermercados. Se imprimía un ticket y podías usarlo para pagar tus compras o simplemente pedir el dinero en efectivo. Había botellas por valor de 1, 1'5 y 3 coronas. 3 coronas danesas son 40 céntimos para que os hagáis una idea. 


Por norma general, las gente guarda los recipientes en casa hasta que tienen una cantidad medianamente grande y los llevan al supermercado a cambiarlos por dinero. En Malmö, Suecia, los precios eran ligeramente menores, pero el nivel de vida también. No se necesita tanto dinero para apañárselas.

Además de que esto tiene su impacto positivo en el medio ambiente, ya que un mayor número de plásticos y metales se reciclan, en estas ciudades el número de gente sin techo pidiendo en la calle es mínimo. No solo por que los índices de paro en estos países son mucho menores, sino porque la gente necesitada recorre parques, plazas y papeleras en busca de cascos que cambiar por dinero. He visto carros hasta arriba de dinero. Cuando digo dinero me refiero a latas y botellas, jeje.

Estuve en Copenhague con un amigo y nosotros descubrimos este sistema en los Jardines del Tivoli (uno de los parques de atracciones más antiguos de Europa). Es cierto que allí daban bastante más dinero y lo que se reciclaba eran vasos de plástico duro (5 coronas por vaso). Hicimos cuentas y sacamos más de cien euros esa noche rebuscando en papeleras. Era fin de año, sí, pero también íbamos muy tiesos de pasta. Y gracias a pringarnos un poquito (llevábamos guantes al menos), pudimos cenar y beber el 31 de diciembre lo que quisimos. El 1 de enero tampoco pagamos nada, y eso que fuimos de buffet para almorzar... y tampoco es que preguntásemos el precio del desayuno...

Fue de lo mejor que nos pasó en el viaje...



Si os interesa el tema, sabed que en España hay una asociación que lucha porque este sistema vuelva. Os dejo su página de facebook: https://www.facebook.com/retorna/

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